SENDERO LOS CANOS – SERÓN
Este domingo, 17 de diciembre del 2023, y desde Serón Deporte, realizamos el Sendero desde la Bda. de La Loma hasta el poblado de Los Canos.
Los Canos es una barriada de Serón ubicada en la Sierra de los Filabres, en el barranco de Las Casillas, poblado colgado literalmente de la montaña y parece que su origen se remonta a los carboneros que se ubicaron en este barranco para elaborar carbón vegetal y picón de las numerosas encinas que existían en este lugar, comienzan edificando chozas, para que vivieran los carboneros y posteriormente boliches para almacenar el carbón elaborado, con el paso de los años comienzan a construir las primeras casas, de los materiales que existían en la zona, piedras, pizarra, y launa. Aparecen las primeras familias, y según nos cuentan, parece que algunas de ellas proceden de la zona de Baza, el asentamiento se ve favorecido por la explotación minera de los cotos de Serón- Bacares.
El acceso a la misma debía de hacerse a pie o con animales de carga. No existía, ni existe carretera, para acceder a este abrupto lugar, accediéndose a él por un camino empedrado desde Aldeire (Alcóntar) o por el Camino de Almería, dado que está literalmente colgado de la montaña.
Los Canos, como la mayoría de las barriadas y cortijadas de Serón, tenía escuela, ubicada en la parte alta del poblado en lo más llano. Niños y niñas aprendían lo básico en un libro. Las clases se impartían por la mañana y por la tarde.
Los hombres que iban a trabajar a la mina, tenían que madrugar mucho. La entrada era a las siete de la mañana y los desplazamientos se hacían a pie tardando sobre unas dos horas en llegar al puesto de trabajo. Cuando acababa la jornada laboral de ocho horas, volvían a casa con el pan que la empresa repartía diariamente y una vez a la semana, con la leña. Si era el tiempo de siega, después de la jornada laboral, es decir, doce horas, ocho de trabajo y cuatro de desplazamiento, se paraban a segar los cereales cultivados ya que todos los habitantes de Los Canos tenían tierras para cultivar.
Los hombres que no iban a la minas trabajan picando esparto, recogiendo leña (solo la suya ya que existía un guardia que cuidaba que nadie cogiese leña del monte sin permiso), cuidando a los animales u ocupándose de la agricultura.
Las mujeres, eran las grandes trabajadoras silenciosas, ellas se ocupaban de todo: la crianza de los niños; las labores de la casa: lavar era lo más complicado, si la acequia que atraviesa el poblado iba sin agua, tenían que bajar a lavar al río, a veces, el agua estaba helada, tenían que romper el hielo con la mano para poder introducir la prenda y sacarlas pronto por miedo a la congelación, acabada la colada debían de subir hasta la casa, ahora con peso extra, al llevar la ropa mojada; hacer la comida, por la mañana era normalmente unas migas y por la noche una olla de cocido; amasar y hacer el pan que solía hacerse una vez a la semana o cada quince días dependía de las necesidades; coser y zurcir las ropas de todos los miembros de la casa; mantener en orden el hogar; cuidar los animales, conejos, pollos, gallinas, la cabra, el mulo o la burra y los cerdos; y por supuesto cuidar la huerta.
Disponían de partera, que ayudaba a las mujeres a dar a luz. Otras mujeres parían directamente en la era o en la siega, acurrucaban al niño, le daban la primera toma y lo dejaban descansando, continuando sus labores, con la misma fuerza y entereza que antes del parto. Eran mujeres duras y curtidas por el trabajo y el sufrimiento.
Los Canos, eclesiásticamente dependían de la Parroquia de La Loma, allí se celebraban todos los actos religiosos: bautizos, comuniones, bodas, entierros, oficios…
En Los Canos eran casi autosuficientes, cultivaban la tierra, tenían animales y además trabajaban en la mina, el sueldo era muy pequeño pero les dio para ahorrar y comprar casas en Serón o emigrar a Barcelona. De la tierra obtenían centeno, cebada y trigo que guardaban en los trojes, después de realizar la trilla en las tres eras que tenían que eran comunales, el grano lo molían en el molino de Aldeire. En primavera y verano cultivaban hortalizas, patatas, habichuelas que enristraban y secaban para gastarlas en invierno, guisantes, habas, pimientos, tomates, maíz… tenían algunos almendros y frutales y en las márgenes de los bancales unos pocos olivos.
En septiembre se hacía el vino en el jaraíz que tenían en las casas, éste se vendía en los pequeños comercios que existían en Los Canos. En estos establecimientos se vendían aquellos productos que no podían conseguir de forma autosuficiente, como el arroz, el aceite, las medicinas o las especias que eran necesarias para las matanzas, para el avituallamiento de estos productos, las mujeres cogían sus mulos o burras y se desplazaban los viernes hasta el mercado de Serón para comprar todo lo que necesitaban. En ambos locales se hacían bailes los sábados, a estos guateques acudían hombres de otras localidades. En ellos se vendía vino y pasaban una velada muy divertida que era amenizada por los músicos del pueblo que tocaban el laúd, la bandurria y la guitarra.
Os dejamos el enlace de un video realizado por Antonio Jesús Zapata para la Voz de Almería en la Sección “Aldeas y Cortijadas abandonadas”
https://www.youtube.com/watch?v=lmc8fJuwU_A.
CARIDAD LÓPEZ MARTÍNEZ / Áreas de Turismo y Empresas